El acero inoxidable es un material duradero y de bajo mantenimiento y, a menudo, es la opción más rentable que cuenta con una larga vida útil. Es fácil de mantener y limpiar. El acero inoxidable es resistente a la corrosión y la oxidación para una aplicación o entorno específicos.
Mantenga el acero inoxidable alejado de la contaminación por polvo durante los trabajos de construcción. Después de la instalación, límpielo con agua y jabón según sea necesario.
La resistencia a la corrosión del acero inoxidable se debe a la presencia de una película de óxido rica en cromo en la superficie. Esta película se reparará automáticamente si se daña. También es posible eliminar pequeños arañazos volviendo a pulir con abrasivos sin hierro. No utilice lana de acero.
Las impurezas y partículas de otros metales que llegan a la superficie del acero inoxidable podrían oxidarse eventualmente, a menos que se limpien o eliminen físicamente mediante un nuevo pulido. Lavar las superficies ayudará a reducir la contaminación y el deterioro visual de la superficie.
La siguiente tabla muestra el componente químico para tres grados populares de acero inoxidable de acuerdo con diferentes estándares.
El aluminio es ligero, pero resistente. La superficie se puede hacer en varios colores y presentaciones. Generalmente, realizamos acabados cepillados y anodizados en color blanco plateado, a menos que se solicite lo contrario. El grado más popular es ALU.6063, que muestra un buen rendimiento en resistencia y mecanizado.
El aluminio no es adecuado para zonas costeras. La capa de óxido no se puede reparar por sí sola si está dañada. No se permite volver a pulir. Se sugiere el uso en interiores.
